Construyamos un municipio más seguro

La seguridad es una de las mayores preocupaciones de nuestros vecinos. El aumento de delitos, y la mala iluminación en algunas zonas generan miedo y rompen la convivencia. Proponemos trabajar para recuperar la confianza, fortalecer la organización comunitaria y promover más espacios de participación, buscando un Municipio E más seguro y cuidado para todos.

Origen de la problemática:

El Municipio E es muy variado. Tenemos barrios con mucha gente y movimiento constante, como Malvín Norte o La Unión, y también zonas más residenciales y silenciosas como Carrasco o Punta Gorda. Esta diferencia hace que los desafíos sean distintos para cada zona.

El problema es que, muchas veces, los patrulleros no llegan a todos lados por igual o los controles se concentran solo en algunos puntos. Pero la inseguridad no solo viene por el lado de los delitos. También surge cuando el barrio se ve «abandonado». Una calle a oscuras porque la lamparita se quemó y nadie la cambió, un terreno baldío lleno de mugre o árboles que crecieron tanto que tapan la calle, son el escenario perfecto para que pasen cosas malas. Cuando un espacio se ve descuidado, parece que a nadie le importa, y ahí es donde el delito se siente cómodo.

Consecuencias en el presente:

Cuando nos sentimos inseguros, nuestra vida cambia para mal. Ya no salimos a caminar después de las siete de la tarde, evitamos cruzar por una plaza que antes disfrutábamos y nos da miedo hablar con gente que no conocemos. Esto hace que el barrio se «enfríe» y que los vecinos se distancien.

Si las plazas están vacías porque la gente tiene miedo, los que terminan ocupando esos lugares son los que no deberían estar ahí. Por eso, desde el Municipio tenemos que ser los primeros en reaccionar. No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que otros resuelvan todo. Necesitamos fortalecer las mesas de seguridad, donde los vecinos puedan decir claramente: «En esta esquina falta luz» o «En esta parada siempre roban». Solo escuchando al que vive ahí vamos a saber dónde actuar.

El camino del diálogo:

Se debe seguir impulsando, desde La Mesa de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Municipio E, la reunión entre la Policía, autoridades municipales y vecinos para definir estrategias preventivas desde múltiples miradas. Algunas de estas pueden incluir mejoras en iluminación, poda de árboles que obstaculizan la visibilidad y campañas de sensibilización sobre el uso y cuidado del espacio público.

Un llamado a construir confianza:

Es importante entender que la seguridad no es solo un tema de la Policía. Un barrio seguro es un barrio donde los vecinos se conocen, se cuidan entre ellos y se involucran. Si yo sé quién es mi vecino, si nos pasamos los teléfonos para avisar cualquier cosa rara, ya estamos dando un paso adelante.

Queremos un Municipio E donde la gente vuelva a tomar mate en la vereda, donde los niños jueguen en los parques sin miedo y donde todos sintamos que las autoridades nos respaldan. No es una tarea fácil ni se logra de un día para el otro, pero el primer paso es empezar a trabajar juntos. La meta es clara: un municipio más seguro, más solidario y, sobre todo, más nuestro. Si mejoramos el entorno y nos organizamos, vamos a recuperar esa tranquilidad que tanto extrañamos.